20 Mar

Beneficios de la Jubilación Anticipada

Todos tenemos una forma de enfocar nuestras vidas pero esa forma está modelada de alguna manera por la influencia de la sociedad y el estado. La sociedad nos dice -al menos la sociedad occidental- que debemos trabajar para salir adelante, progresar profesionalmente, y solventar el futuro de nuestros  hijos; al mismo tiempo el estado enmarca este sentir en un tiempo de vida, el cual va desde los 20 años a los 65 años, de la misma manera en que nos dice que todos somos adultos a partir de los 18 años.  

Por supuesto que es bueno trabajar para generar riqueza, quien lo dudaría, pero la pregunta es si el trabajo es un fin o un medio para ese fin. Aristóteles escribió en Ética para Nicómaco “La riqueza no es desde luego el bien que estamos buscando, pues no es más que un instrumento para conseguir algún otro fin”. Siguiendo al filósofo griego habría que preguntarse hasta cuando queremos sacrificar nuestro tiempo y nuestro bienestar para generar dicha riqueza. No dudo que hay personas que disfrutan de trabajar por el solo hecho de hacerlo y que para ellos es el mayor placer, y también sé que hay otras personas que no tienen opción -probablemente la mayoría- que toman el trabajo como un medio para subsistir y que lo pueden disfrutar en mayor o menor medida, pero que reconocen en este solo un medio para un fin. Creo, sin temor a equivocarme, que la gran mayoría de personas está en esta última categoría.

Siendo ello así, uno debe elegir a cierta edad qué hacer con su vida, y es allí donde se enmarca la jubilación. Desde mi experiencia si uno tiene la suerte de poder jubilarse antes de los 65 años debe aprovecharla, y la ley de nuestro país lo permite a través de un mecanismo llamado jubilación anticipada. La jubilación anticipada posibilita el disfrute pleno del producto del trabajo que se ha realizado por décadas, y digo plenamente pues mientras uno está en edad productiva y trabaja con miras en generar riqueza, es más difícil poder darle tiempo a lo que uno valora y añora realmente en la vida: los sueños de viajes, un negocio distinto, la ayuda a otras personas, la lectura, el arte, la crianza de los hijos y nietos; en fin, una infinidad de posibilidades.

Con todo esto no quiero negar el valor del trabajo como pilar de la sociedad, pero quiero dejar claro que no es el único pilar, y además creo que no debería serlo.  Cuando uno está enfocado solamente en producir pierde de vista lo que pasa a su alrededor, sucumbe ante la necesidad de generar dinero, pagar cuentas,  comprar, consumir. Pero para mí ese no es el fin de la vida.  

Por otra parte la jubilación anticipada no implica dejar de trabajar por completo, si es que uno desea seguir haciéndolo, pero le permite trabajar al ritmo que uno desea pues ya recibe una pensión y puede seguir en planilla. Al margen del país en el que uno viva (capitalista, comunista, socialista, rico o pobre) creo yo que la vida es muy corta y el mundo muy grande, uno no viene a esta vida a hacer una sola cosa; uno viene a descubrir, a conocer,  a dejar un mundo mejor, y gran parte de ello se puede conseguir con más felicidad cuando uno se libera de la presión del trabajo.

 Es una suerte que en el Perú tengamos la posibilidad de decidir cuándo jubilarnos, por ello si puede hacerlo planifique su vida, haga lo que quiere hacer, y trabaje hasta cuando desee trabajar.

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